Autor
Elena Karkalánova
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jueves 27 noviembre 2025 15:16
jueves, 27 noviembre 2025, 15:16
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Minutos antes de que comenzara en la Asamblea Nacional la segunda y última lectura del Presupuesto Estatal para 2026, el líder de la mayor fuerza parlamentaria, GERB-CDC, Boyko Borisov, detuvo el procedimiento y devolvió el proyecto de ley para su revisión con las palabras: "Hasta que no se restablezca el diálogo en formato tripartito (nota del editor: Gobierno, sindicatos y empresas), y todos se pongan de acuerdo sobre cómo se gobernará en los próximos años, seguiremos trabajando con el presupuesto antiguo".
Por su parte, el primer ministro Rosen Zhelyazkov ha prometido que el Gobierno intentará restablecer durante esta semana el diálogo con los sindicatos y los empresarios. "Intentaremos alcanzar unos indicadores macroeconómicos del presupuesto que sean satisfactorios para gran parte de las empresas y de la sociedad", señaló en una declaración, en presencia de la ministra de Finanzas, Temenuzhka Petkova, y de representantes de los partidos que forman la mayoría parlamentaria. "Tenemos suficiente tiempo durante el mes de diciembre para cumplir esas expectativas o explicar los problemas que se señalan como defectos del proyecto de presupuesto para que tengamos al final un Presupuesto equilibrado que responda al espectro político del Gobierno", explicó Rosen Zhelyazkov.
El desenlace parlamentario del tenso nudo presupuestario llega después de un intenso descontento social y duras críticas contra los parámetros del marco financiero por parte de los analistas económicos, así como del fracaso de las llamadas "negociaciones tripartitas" con las organizaciones empresariales y los sindicatos, que normalmente anteceden a la votación del Presupuesto en la Asamblea Nacional.
Con una cadena humana alrededor de la Asamblea Nacional, abucheos contra los diputados quienes abandonaban el Parlamento y una demostración en el llamado “triángulo del poder”, como se conoce al espacio entre la sede de la Asamblea Nacional, el Consejo de Ministros y la Presidencia, el 26 de noviembre miles de ciudadanos expresaron su descontento por la forma de gobierno del país.
Confrontación y escalada
A pesar del llamamiento inicial de una protesta pacífica, subió el grado de la tensión entre la muchedumbre. Durante la demostración los manifestantes echaban botellas contra la policía, los policías informaron de un intento de volcar una de las camionetas de la policía, bloqueos de calles y prohibición de acceso a la Asamblea Nacional. A pesar de que por parte de los organizadores de la protesta se escucharon llamamientos de prudencia y tranquilidad, resultaron heridos tres policías y tres personas que estaban protestando.
La oposición hizo un llamamiento de retirar el Presupuesto que fue dirigido por uno de los copresidentes de Bulgaria Democrática, Atanás Atanasov quien insistió en que el Gobierno “retire y rediseñe el proyecto para el presupuesto público", teniendo en cuenta la tensión en medio de la sociedad, sobre todo en vísperas de la introducción del euro en Bulgaria.
Reacciones políticas: argumentos y llamamientos
La vice presidenta Iliana Yotova también se identificó con las reclamaciones de los ciudadanos: “Me sumo a la protesta porque si hubiera diálogo este Presupuesto hubiera resultado mucho más aceptable. No creo en la afirmación de que éste es el único presupuesto posible”, señaló ella ante los medios de información. En palabras de Yotova, nunca hasta el momento un presupuesto se ha aprobado con tan alta falta de diálogo por parte del poder no solo hacia los oponentes políticos, sino hacia los medios empresariales, los interlocutores sociales, los sindicatos y la sociedad civil.
La protesta fue organizada por la coalición Continuamos con el cambio-Bulgaria democrática, de oposición, pero fue apoyada por otras formaciones parlamentarias, organizaciones de empleadores, el empresariado y un amplio círculo de ciudadanos. La causa principal es el desacuerdo con el proyecto para el Presupuesto Público para 2026 en el cual figura un aumento de la cuota de seguridad social y un impuesto sobre los dividendos.
En términos más generales podemos decir que el descontento de los ciudadanos no es una mera reacción contra cifras concretas en el presupuesto, sino que es parte de un dinamismo político más amplio, en vísperas de la introducción del euro a principios de 2026, con preocupaciones relacionadas con la justicia social, la estabilidad económica y la transparencia a la hora de tomar decisiones.
Esto motiva a muchas personas a sentirse privadas de instrumentos para ejercer influencia, exceptuando las protestas en la calle.
“La protesta es el único instrumento que le ha quedado a esta oposición y será utilizada en todo tipo de asuntos”, ha comentado hoy en entrevista para BNR el politólogo Hristo Panchugov.
Redactora Elena Karkalánova
Traducido por Hristina Táseva y Borislav Todorov