miércoles 3 diciembre 2025 14:51
miércoles, 3 diciembre 2025, 14:51
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En los últimos días Bulgaria se ha convertido en escenario de masivas protestas civiles: decenas de miles de personas salieron a las plazas de las ciudades el 26 de noviembre y el 1 de diciembre como reacción ante el proyecto de presupuesto propuesto por el Gobierno para 2026, pero también por el descontento público acumulado, que va más allá de las disputas financieras. Las manifestaciones más multitudinarias de los últimos años en nuestro país se han convertido en una protesta por los valores, la justicia social y los principios democráticos. Como resultado, el Gobierno retiró su propuesta del marco financiero estatal para 2026, año en que Bulgaria se incorporará a la eurozona, reanudó las negociaciones con los interlocutores sociales y los analistas comenzaron a hablar de la inevitabilidad de las elecciones anticipadas. El jefe de Estado, Rumen Radev, también se sumó a esta postura y, en un discurso extraordinario a la nación, ayer declaró:
Rumen Radev
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"Los intentos de presentar la protesta como una revuelta contra el presupuesto subestiman el evento en sí. Afirmar que se trata solo de una revuelta de jóvenes menosprecia el proceso, ya que personas de todas las generaciones se congregaron en la plaza. Los búlgaros alzaron la voz contra el Estado usurpado, la corrupción, la anarquía y la renuencia de la clase política a escuchar su voz", declaró Radev, añadiendo que las elecciones anticipadas son la única salida.
Boyko Borisov
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"El Gobierno no debe dimitir", respondió el líder del partido GERB, Boyko Borisov. Por su parte, los organizadores de las protestas la coalición opositora "Continuamos con el Cambio - Bulgaria Democrática", declararon que para finales de semana presentarán una moción de censura contra el Gobierno y, durante los debates sobre la votación, planean una nueva protesta frente a la sede del Parlamento. Los gobernantes ya no pueden ignorar la reacción pública, y la magnitud de las protestas podría aumentar significativamente, declaró el profesor asociado Todor Yalamov, vicedecano de la Facultad de Economía de la Universidad de Sofía: "Si ayer protestaron 100 mil personas, mañana podrían ser 200 mil", declaró en una entrevista con la Radio Nacional de Bulgaria (BNR), y enfatizó que el proyecto de presupuesto enviaba malas señales a los jóvenes y los emprendedores:
Todor Yalamov
FOTO Universidad de Sofía
"Se suponía que este presupuesto sería una celebración de nuestra entrada en la eurozona, una muestra de estabilidad, con pensamiento orientado al futuro y las ventajas que motivarán a los jóvenes a quedarse en Bulgaria para hacer negocios. Los problemas clave del presupuesto realmente afectan los bolsillos y los planes de los jóvenes", resumió, y añadió que la clase media sigue infravalorada, a pesar de ser la columna vertebral de la economía.
La abogada y líder del "Movimiento 21", Tatyana Doncheva, vincula la escalada de las protestas a una sensación acumulada de impunidad en el poder:
Tatyana Dóncheva
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"Los gobernantes están constantemente presionando el pedal de la insolencia. Desde el otoño esto ha adquirido proporciones escandalosas", declaró Doncheva en una entrevista para Radio Nacional de Bulgaria (BNR). Ella describió la vida política como "confusa, borrosa", dominada por la improvisación y las emociones. En sus palabras, el descontento podría llevar a un nuevo ciclo electoral si el Gobierno no logra recuperar la confianza de la sociedad.
Para el sociólogo Dobromir Zhivkov, de Marketlinks, las protestas no son solo una reacción a decisiones específicas, sino una profunda confrontación de valores: "Esta es una protesta basada en valores... Los ciudadanos búlgaros están reaccionando a estas amenazas para la democracia que representa la mayoría gobernante", declaró a la Radio pública y advirtió que una respuesta institucional inadecuada podría tener consecuencias peligrosas: la destrucción del Estado y el surgimiento de un nuevo "salvador", que podría ser extremadamente extremista y radical.
Dobromir Zhivkov
FOTO BNR
Sin embargo, el sociólogo también afirmó que no debe descartarse el motivo socioeconómico del descontento público: "Hay gente a la que no le gusta este presupuesto: con los impuestos, la presión sobre las empresas, el aumento del gasto público y una intervención estatal a niveles que no hemos visto en muchos años". Comparó la energía cívica actual con la situación de 2020, cuando se produjeron protestas masivas con el deseo de cambiar el modelo político en todo el país y en varias ciudades del mundo donde hay comunidades búlgaras.
"La tensión social que vimos hace cinco años en las plazas no logró sus objetivos de reformar el país, sobre todo en lo que se refiere al funcionamiento más eficiente de instituciones anticorrupción, la Fiscalía y el sistema judicial en su conjunto. Alrededor de un 75% apoyó estas demandas en aquel momento, éstas no encontraron desarrollo posteriormente. Esta energía permaneció latente y con los años se disipó en las numerosas campañas electorales, etc."
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"Creo que tendremos elecciones anticipadas dentro de un año, dados los acontecimientos de la última semana. Estamos monitoreando la radicalización política que ha aumentado significativamente, especialmente entre los votantes progresistas-liberales, y esta energía no se perderá. También hay un nuevo candidato para salvar a Bulgaria de esta crisis política — me refiero al presidente Rumen Radev —, quien traerá la normalización, porque esto es precisamente lo que está en el centro de las protestas. Se desea la normalización del Estado, unas instituciones operantes y reguladores independientes basados de la experiencia de los expertos".
La retirada del proyecto de presupuesto demuestra que el partido gobernante se da cuenta de la creciente presión. No está claro si se trata de una señal de replanteamiento o de una retirada táctica temporal. Sin embargo, la tensión pública sigue creciendo y es cada vez más evidente que las protestas son una expresión del deseo de un cambio sistémico más profundo, y no solo una corrección política temporal: la reacción de la mayoría es extrema, real y consciente. La joven generación de búlgaros sale en primer plano, es irreconciliable con el statu quo político y el discurso de la élite política. Sin embargo, es importante que esta energía de protesta se oriente hacia la participación política en el tiempo cuando se celebrarán las próximas elecciones parlamentarias en el país.
Redactora: Elena Karkalanova
Versión al español de Vladislav Púnchev
Publicado por Zoraida de Radev